sábado, 18 de agosto de 2012

Escrito antes de la publicación del libro
LA DOLORES. Algo más que una leyenda (1998)

UNA  LEYENDA  UNIVERSAL :

L A    D O L O R E S

Los mitos universales no se crean así como así. Su nacimiento, consolidación y difusión obedece a poderosas razones que en muchos casos permanecen ocultas. El mito o leyenda de “La Dolores” no es una excepción. Surgió a partir de una copla anónima de ambiguo significado, con una clara tendencia a la mordacidad. Pero la copla, con ser un elemento importante, no lo era todo, ni mucho menos. En torno a ella, insuflándole alma, estaba la vida apasionante y extraordinaria de una mujer que durante muchos lustros permaneció oculta bajo una profunda nebulosa legendaria.
Descubrir la personalidad de esta mujer, de cuya existencia se dudaba, era el primer paso. Luego han ido aflorando diversas manifestaciones artísticas  ¾musicales, dramáticas, líricas y literarias¾ que su huella ha impulsado a crear, en una cuantía, variedad y cantidad realmente asombrosas. Y es entonces cuando uno se explica porqué esta popularidad universal no es gratuita.
Después de quince años de trabajo, he podido unir a la de Bretón las óperas de Auteri Manzocchi (Florencia, 1875), de André Pollonnais (Niza, 1897), la ópera cómica de Henri Prys (Tournai, 1883), el mimodrama musical de Adams y de Sentís (Marsella, 1912), la opereta de Robert Stloz (Budapest, 1919) y la ópera de Germaine Tailleferre (París, 1950).
Las zarzuelas y obras dramáticas que he localizado son más de veinte. Y si a estas se unen cuatro novelas (una de ellas de 2.000 páginas), media docena de películas y un impresionante montón de sinfonías, valses, marchas, serenatas, pasodobles y hasta un fox-trot, nos encontramos con un patrimonio cultural inigualable que realza aún más, si cabe, el valor de una leyenda conocida en todo el mundo. Por ello, en feliz expresión de Alfonso Asensio Becerril, acuñada en el prólogo de mi nuevo libro, “La Dolores” es el Documento Internacional de Identidad de Calatayud.
Pues bien, todo este cúmulo de obras tan dispares y, muchas de ellas, de excepcional categoría, han sido propiciadas por una mujer: por la Dolores de la copla. Hasta hace muy poco se creía que este personaje era imaginario, con montones de letra impresa que así lo aseveraban, hecha la salvedad de la opinión expresada por el notable periodista Darío Pérez (1872-1945), quien dejó algunas pistas sin soltar prenda.
Con la ayuda extraordinaria de estos apuntes, aunque partiendo de cero, logré desvelar la identidad de la mujer que fue cantada en la famosa copla, una copla anónima que ha recorrido el mundo. El fruto de mi investigación lo recogí en el libro “La Dolores: un misterio descifrado”, publicado en 1987 y ya agotado. Desde esa fecha, he continuado la labor, logrando reunir, de diversos archivos, centenares de fotocopias con valiosísimos y sorprendentes datos, que muy pronto serán dados a conocer en un nuevo libro, ya concluido y a punto para la imprenta.
La Dolores”, Dolores Peinador Narvión, nació en Calatayud el 13 de mayo de 1819. Su padre, don Blas, era gallego, militar y abogado. Su madre, Manuela, una distinguida joven bilbilitana. En 1825 nombraron a don Blas Alcalde-Mayor de Daroca. En 1827 fallece en esta ciudad doña Manuela. En 1929, don Blas contrae nuevas nupcias, y continúa viviendo en Daroca con sus hijos hasta 1832.
Todos estos datos figuran en el libro citado. Luego he sabido que doña Manuela dejó una cuantiosa herencia a Dolores y a sus hermanos, y que don Blas, como tutor de sus hijos menores, se encargó de administrar. En 1832 fue designado Alcalde-Mayor de Gerona, cargo que desempeñó durante tres años. Ejerció también como Juez de Primera Instancia. La historia es larga, compleja y asombrosa. Procuraré resumirla en unas líneas:
En 1839, Dolores, contra la voluntad de su padre, se casa en secreto con Esteban Tovar en la iglesia de San Miguel de los Navarros, de Zaragoza. A partir de este momento comienza una interminable sucesión de litigios por la posesión de la herencia, que don Blas se resiste a soltar y pretende el Tovar. Mientras Dolores se encuentra entre la espada de los agravios y la pared de la indiferencia y el desamor, y es posible que buscara fuera del hogar el calor que le faltaba, dando pábulo a la creación de la copla.
Después de muchos avatares, he encontrado las huellas de Dolores Peinador en Madrid, donde tuvo dos hijos, además de los cuatro que le nacieron en Calatayud. En el nuevo libro ofreceré amplia información de la vida y milagros de este singular personaje. Todo lo que se pueda imaginar se queda pálido ante las apasionantes vivencias de esta mujer que ha alcanzado el rango de la inmortalidad. Una mujer que, al convertirse en legendaria, ha dejado de ser patrimonio único de la ciudad que la vio nacer y, muy pronto, se proyectará con renovado vigor a todos los ámbitos, a través del recuperado “Mesón de la Dolores”, sin ninguna duda, atracción y cita obligada de un turismo multitudinario.

No hay comentarios:

Publicar un comentario