martes, 30 de abril de 2013

            (Iba a salir en “La Comarca”, Semanario de Calatayud, el 3 de septiembre de 2004. Fue censurado este artículo y hubo presiones para que no se publicase.


MUSEO DE LA DOLORES

DAVID FRENTE A GOLIAT

            He tardado cinco años, pero ahora veo con claridad. Cuando firmé el acuerdo con la Asociación CulturalLa Dolores” para ceder los Derechos de Propiedad Intelectual y mis fondos para equipar el Museo de la Dolores, a cambio de percibir un porcentaje de la recaudación por las visitas al mismo, no era consciente de que firmaba mi calvario particular.
            Fue un acuerdo libremente aceptado por ambas partes, con el visto bueno del Ayuntamiento. Y podrá gustar más o menos, pero estoy en mi derecho, y no se me puede reprochar, que no renuncie a recibir una compensación por ceder un patrimonio que me ha costado más de treinta años reunir a costa de una dedicación absoluta, mucho esfuerzo y, no se olvide, mucho dinero. Máxime si lo que hasta el momento he percibido ha sido poco más o menos lo que me he gastado en enmarcar y acondicionar las piezas para que pudieran ser expuestas (se trata de más de 200). Lo que no es justo ni normal es el trato que he recibido de dicha Asociación y del propio Ayuntamiento.
           A pesar de mi tolerancia, de mi afán de concordia, de mis concesiones y renuncias ¾que puedo demostrar¾, el trato recibido ha sido tan inadecuado que, como única salida, me he visto obligado a tomar la dolorosa resolución de llevarme mis pertenencias expuestas en el Museo.
            Esta decisión la comuniqué al señor alcalde por carta, y le decía: “Hasta el último momento he confiado en que no me vería obligado a escribir esta carta. Lamento muchísimo notificar a este Ayuntamiento que el sábado, 4 de septiembre, a las nueve de la mañana, procederé a retirar del Museo de la Dolores todos aquellos fondos de mi propiedad expuestos en el mismo. En el dossier que envié a este Ayuntamiento figura una relación actualizada de dichos objetos.
            Aunque en el contrato suscrito con la Asociación CulturalLa Dolores” para la cesión de estos fondos no hay nada al respecto, aviso con tiempo (así como a la Asociación) a los efectos que sea oportuno tomar por esta Alcaldía. Confío en que no se me pondrá ningún inconveniente ¾no tiene por qué haberlo¾ para que recupere mis pertenencias.
            Insisto, lo lamento y me duele mucho esta decisión que me veo obligado a tomar. Espero que no se vea en ello nada personal. Un cordial abrazo.
           
            La contestación del alcalde no se hizo esperar. Me comunicaba que el Ayuntamiento no tenía inconveniente en que retirara mis fondos, pero que tendría que efectuarse después del 13 de septiembre, puesto que la fecha que indicaba coincidía con las fiestas de septiembre y con las vacaciones de los funcionarios que deberían estar presentes durante el traslado de los objetos.
            Añadía que lamentaba profundamente mi decisión, después de toda la labor de difusión y promoción que el Ayuntamiento ha hecho de mi obra en numerosos Medios de comunicación, y de la colaboración que he recibido en todo momento.
            Y finalizaba su carta diciendo: “Simplemente quiero que sepas que es absolutamente lamentable que antepongas los intereses personales a los de toda la ciudad de Calatayud.”
            Contesté que no hay ninguna cláusula en el acuerdo de que firmé con la Asociación, que finalizó el pasado 19 de marzo, que condicione la retirada de mis pertenencias.
            La cláusula final de dicho acuerdo dice: “La duración del presente acuerdo de colaboración entrará en vigor en el día de su firma (19 de marzo de 2002), y tendrá una duración de dos años, al término de los cuales podrá prorrogarse o redactarse uno nuevo, de acuerdo con ambas partes.”
            Como no se ha prorrogado ni redactado otro acuerdo, el anterior quedó nulo, y estimo que puedo proceder a la retirada de mis fondos sin ninguna limitación.
            En consecuencia, decía al señor alcalde que quería recuperar mis fondos “inmediatamente, a partir del recibo de esta nueva carta (con fecha 12 de agosto) y antes , por supuesto, de 4 de septiembre. La excusa de falta de personal, por estar de vacaciones, no es verosímil y no sirve. Sólo es necesaria una persona y buena voluntad, que sigue faltando. Además, el acuerdo lo suscribí con la Asociación CulturalLa Dolores”, y con que estuviera presente una representación de esta entidad debería ser suficiente.”
            “Si durante las fiestas de septiembre ¾añadía¾ el emblemático Museo de la Dolores presenta un aspecto insólito, y es la comidilla de todos los que nos visiten, y de España entera, no seré yo precisamente el culpable de este desaguisado. También deberíais ir pensando en el pretexto o excusa que vais a ofrecer a los bilbilitanos y a la opinión pública en general, para  justificar el no conceder lo que solicito. Por la visto, la placa expuesta en el Museo en la que se reconoce que es fruto de mi inestimable colaboración y se me cita como “director ciéntífico”, ha resultado ser una broma de mal gusto, sobre todo después de haber sido un servidor quien ha seleccionado y colocado prácticamente todo lo que hay expuesto.
            Sobre la promoción que el Ayuntamiento ha hecho de mi obra, y de la colaboración que he recibido en todo momento, no opino lo mismo, y oportunamente expondré mis razones. Por ejemplo, esta situación a la que hemos llegado es muy ilustrativa. Y si mal no recuerdo, hay pendiente un litigio sobre el tríptico “La leyenda de la Dolores”, que va a dar mucho que hablar si la Concejalía de Turismo mantiene su ilógica postura.
            Yo no antepongo, querido Alcalde, mis intereses personales a los de toda la ciudad de Calatayud. Durante toda mi vida he dado pruebas de lo contrario. Lo que es absolutamente lamentable es el trato injustificado que recibo por parte de quienes deberían reconocer y agradecer los servicios que presto a nuestra ciudad. No trabajo por el premio, lo hago por convicción y porque es mi deber. Porque para mí, Calatayud, es siempre una prioridad y lo seguirá siendo. Pero por dignidad, no debo renunciar a lo que me corresponde ¾ser director del Museo de la Dolores¾ y me he ganado a pulso; ni debo quedarme impasible viendo que otros se ponen las medallas. Podían compartirlas conmigo, digo yo.
            Como mi deseo es agotar todas las vías que puedan conducir a un entendimiento, antes de que el conflicto se desbordase de forma irreversible, intenté un cara a cara con el señor alcalde el pasado 23 de agosto. No pudo ser. Tuve que contentarme con hablar con él por teléfono. El entendimiento fue de todo punto imposible. Me dijo que el acuerdo de colaboración firmado entre el Ayuntamiento y la Asociación no permitía que retirase mis fondos cuando lo deseaba. Y mientras le exponía mi desacuerdo, se interrumpió la conversación. Creo que fue algo imprevisto, porque tengo la completa seguridad de que el señor alcalde es incapaz de cometer esta descortesía.
            Este acuerdo no debe afectarme para nada, porque no intervine en él. No obstante, la CLÁUSULA TERCERA del mismo, dice que los propietarios de las piezas cedidas en depósito (no es este mi caso) “podrán retirar las piezas de su propiedad cuando lo deseen, previa la petición por escrito a la Concejalía de Turismo, al CENTUR, o al Excelentísimo Ayuntamiento, con un mes de antelación.”
            Y la CLÁUSULA NOVENA.¾ DURACIÓN DEL ACUERDO, dice en su punto final: “No obstante podrá ser denunciado por cualquiera de las partes con una antelación de un mes de la fecha en que se desee que se rescinda este acuerdo de colaboración.”
            La carta que dirigí al alcalde pidiendo la retirada de mis fondos lleva fecha del 7 de agosto. Si las cuentas no me fallan, el mes de plazo se cumple el 7 de septiembre. Confío y espero que se obre en consecuencia.

                                                                       Antonio Sánchez Portero


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